Rehabitar es pensar en un uso nuevo, distinto, o simplemente prolongar el de lo viejo; especialmente apropiado en un momento como éste y en un país como el nuestro, con un parque de viviendas sobredimensionado. De hecho hoy, con miles de viviendas vacías y otras tantas segundas residencias, con edificios industriales y de servicios desocupados y en buen estado, seguir pensando en hacer nuevas viviendas o en su eventual prefabricación, nos parece una cuestión perfectamente aplazable. Hace ya más de un siglo de la publicación de El Practicón. En él, su autor Ángel Muro, elevó a la categoría culinaria el aprovechamiento de las sobras. Ésta podría ser una manera de definir el objetivo del proyecto rehabitar: aprovechar las sobras. El resultado debería abrir algunos interrogantes sobre cuestiones relativas a la vivienda. Nos parece que la casa, su concepción, su equipamiento y su forma, quedan a menudo sepultados bajo un alud de premisas que tratan de dar siempre con la vivienda ideal, como una búsqueda imposible. Tal vez estudiar cómo rehabitarlas no resulte tan ingenuo y, al fin, sea la forma más honesta de aproximarse a la vivienda actual, como algo mejorable pero con un final abierto.
Así que los objetivos de este proyecto son varios, pero bajo el prisma común de no tanto hacer nuevo, sino dar otro uso a lo que ya existe. Ahí tenemos por ejemplo muchas plantas bajas, hoy infrautilizadas, tenemos edificios de oficinas o industriales que pueden convertirse en viviendas, tal vez dentro de poco (de hecho, ya ha empezado) tendremos incluso hoteles que deberán reconvertirse y, por supuesto, tenemos viviendas, vacías o no, cuyo programa no encaja con el uso que se le quiere dar realmente. Pero, sobretodo, tenemos viviendas que en su momento se pensaron para otra estructura social y que hoy podrían mejorar sus posibilidades. No debemos olvidar que una parte substancial de casas en las que vivimos han sobrevivido a las normativas y a las convenciones sociales que les dieron forma y que, en cambio, el conocimiento que tenemos de su condición actual es limitado y, por tanto, nuestra capacidad de intervención también lo es. Rehabitar supone, en cierto modo, orientar la forma de acometer reformas en el parque de viviendas de una manera razonada. Supone dejar de pensar en las reformas de las viviendas como algo perteneciente a la economía sumergida o, en cualquier caso, como un hecho individual, sino como algo susceptible de objetivarse. No se trata de customizar viviendas, sino de hacer posible mediante la intervención materializar la crítica al parque de viviendas en nuestro país. Rehabitar implica pues un cambio de actitud respecto al uso de la casa y la necesidad y naturaleza de las reformas.
Pensamos en pequeños cambios que logren grandes resultados en cuanto a las posibilidades de uso de las viviendas. Rehabitar significa volver a habitar algo alterando su uso. No quiere decir reparar o consolidar y, por supuesto, no equivale a un aggiornamento estilístico. Para rehabitar deben abordarse algunas propuestas que permitan dotar a las viviendas de servicios que ahora no tienen o mejorar la accesibilidad, la dotación y, en general, las posibilidades de uso, cambiando la jerarquía de las piezas. ¿Tiene el mismo sentido la sala de estar en una vivienda sin una familia convencional? ¿La cocina, tiene el mismo sentido cuando ya no es el lugar de trabajo de la mujer?
Algunas de estas intervenciones suponen además cambios sustanciales en la estructura urbana, en los transportes y en los equipamientos, poniendo de nuevo sobre la mesa la relación siempre fértil entre la casa y la calle, que puede devenir por sí misma objeto de intervención. Así pues, se trata de rehabitar también el espacio público, la calle, tratando de llevarla al terreno de la casa, de domesticarla.
Periodo: 2009 – 2011
Investigadores: X. Monteys; M. Mària; P. Fuertes; A. Puigjaner; R. Sauquet; C. Marcos; E. Callís; C. Fernández.
Colaboradores: Iñaki Tarragó, Martí Amargòs, Guillermo Fibla, Jordi Quetglas.
Convenio I+D: Ministerio de Vivienda, Gobierno de España (2010 – 2010) y Ministerio de Fomento, Gobierno de España (2010 – 2011).
Exposiciones realizadas:
- Rehabitar [1]: en nueve episodios, marzo de 2010
- Rehabitar [2]: habitaciones satélite, mayo de 2010
- Rehabitar [3+4]: domesticar la calle
- Rehabitar [5+6]: puertas adentro
- Rehabitar [7]: entrar por el balcón, y rehabitar[8]: abandono y oportunidad
- Rehabitar [y9]: mudanzas
- VII Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo
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Cortometraje: Mudanzas
El cortometraje está dirigido por Silvia González Laá, protagonizado por Mercè Pons y Carlos Olalla, y está producido por Curt Ficcions Curt Produccions.
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