La fotografía del joven napolitano Pietro Masturzo ha ganado la edición de este año del World Press Photo. En ella se observan unas mujeres gritando desde un terrado de Teherán. La imagen fue tomada el día 24 de junio de 2009, doce días después de las elecciones presidenciales de Irán que desembocaron en una revolución popular tras la proclamación de la victoria de Ahmadineyad.
En el momento de tomar la imagen estaba anocheciendo, justo cuando aún hay una luz tenue en el exterior pero ya es necesario encender las bombillas dentro de las casas. A partir de este momento las azoteas de las ciudades musulmanas recuperan su vida con actividades domésticas al aire libre. Son espacios protegidos por antepechos altos, muros medianeros y algún cobertizo. El plano de tierra está completamente confinado y las aristas verticales de los rincones definen lo que podría ser una habitación. El terrado se puede considerar como una extensión de la casa, una habitación sin techo.
Cuando las calles empezaban a vaciarse de manifestantes, al llegar la noche, muchos iraníes subían a las azoteas de sus casas para continuar las protestas fuera del espacio público. Los gritos de “Allah u Akbar” (Alá es grande), se sobreponían con los de “Marg bar diktator” (Muerte al dictador).
Quizás lo que más valoramos de la imagen es la mirada de su autor. Mientras la mayoría de medios de comunicación centraban su interés en las manifestaciones multitudinarias en la calle y en las víctimas de la represión selectiva del gobierno, alguien miró hacia otro lugar. Pietro Masturzo tenía la mirada atenta a los tejados, observaba directamente las casas de la gente. En aquella cultura terrado es el espacio más íntimo de la casa, juntamente con el patio. Un lugar donde se pueden transgredir las normas que rigen el comportamiento comunitario e incluso el familiar.
Precisamente esta mirada la desearíamos tener respecto a la vivienda. Una mirada reflexionada, cargada de intención, atenta a lo que sucede pero alejada de lo espectacular, de lo que es moda, de lo que se espera. En un momento en que se ve positivo el desarrollo de prototipos de vivienda sostenibles, esta mirada debe estar atenta a como reaprovechar lo viejo en vez de construir cosas nuevas. En un momento donde los pisos compartidos aumentan, la mirada debe poner el acento en como mejorar su uso mediante la dimensión y calidad de las habitaciones y el número de puertas que las relacionan.