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3 o 5 puertas

El coche, como las habitaciones de una casa, se caracteriza por la cantidad y dimensión de sus puertas. Cuando compramos un coche lo primero a decidir es si éste ha de ser un tres o un cinco puertas. La decisión resulta importante, el número, tipo y dimensión de éstas definirá el espacio del coche y a su vez los modos de usarlo. Es significativo que, en cambio, cuando compramos una casa no prevalezca un criterio similar -las puertas quedan, normalmente, en un segundo plano- pese a que el uso de las distintas habitaciones, y por lo tanto de la casa, depende claramente de esta decisión.

Relacionar el ámbito del automóvil con el ámbito de la casa no es ninguna novedad, ya hace algunos años se reflexionaba sobre el tema en “Casa collage” 1. El coche comparte con la casa la necesidad de confort y habitabilidad; es tal su similitud que en muchas ocasiones consideramos el coche parte y extensión del propio hogar, como si éste fuera una habitación más de la casa.No es de extrañar entonces que nos sorprenda la importancia que le otorgamos a las puertas del coche en comparación con la que otorgamos a las puertas de la habitación. Si a ello le añadimos que el coche, a diferencia de la habitación, ha evolucionado muchísimo puede que éste, el automovilístico, sea un buen campo para aprender sobre lo doméstico.

En los años cincuenta, con el fin de abaratar el coste y poder así llegar a todos los bolsillos, empezaron a aparecer coches de pequeño tamaño. Uno de los más representativos fue el Isetta producido por la empresa italiana Iso 2., éste se caracterizaba no sólo por su tamaño reducido sino también por su única puerta, que prácticamente ocupaba toda la parte frontal del coche (im.1). La puerta de gran tamaño facilitaba el acceso de sus ocupantes y a su vez permitía, cuando el coche estaba parado, aumentar ocasionalmente el reducido espacio interior. Ésta no sólo servía para dar acceso al interior del vehículo sino que también propiciaba que éste se convirtiera en un anexo al espacio contiguo; si nos imagináramos la puerta Isetta en una vivienda sus ventajas serían aún más claras, ya que la puerta no sólo permitiría el paso de una habitación a otra sino que también permitiría que ambas se relacionaran sin perder su autonomía.

En 1958 surgió un modelo similar, el Zündapp Janus, fabricado por la empresa de motocicletas Zündapp (im. 2, 3 y 4) 3. Se trataba también de un coche de tamaño reducido que a diferencia del Isetta disponía de dos grandes puertas, una frontal y una posterior que daba acceso a unos asientos orientados en la misma dirección. El Janus permitía, en relación al Isetta, un mayor confort, a la vez que disponía de dos hileras de asientos de primera fila delante de las vistas del trayecto. En un coche, igual que en una habitación, dos puertas permiten mayor flexibilidad en su uso, ya que ofrecen la posibilidad de acceder a su interior desde puntos distintos y por tanto también relacionarse, sobretodo en el caso de la habitación, con espacios distintos.

La dirección de apertura de éstas también resultaba importante, en el Isetta la puerta se abría en dirección antihoraria permitiendo disponer el volante cercano al eje de giro para facilitar la salida de los ocupantes. De forma similar las puertas conocidas popularmente como “suicide doors” (características de los taxis de Londres (im. 5)) se caracterizan por abrirse hacía la parte posterior –dirección contraria a la que estamos acostumbrados- lo que proporciona un mayor confort al entrar y salir del coche.

La dirección de abertura de una puerta, y sobretodo su orientación, puede también representar un gran cambio en el uso del espacio, especialmente en una habitación, no sólo por el confort de entrar y salir o por la dirección que tomamos al abrir hacia derecha o izquierda la puerta, sino también por el espacio que ocupa el barrido de ésta. Abrir hacia dentro o hacia fuera conlleva “quitar espacio” a una u otra habitación, y resulta un cambio sencillo pero muy significativo para ambas. Los coches también se han enfrentado al mismo problema. El espacio requerido para abrir las puertas del Isetta, por ejemplo, hacía que éstas no se pudieran disponer en los laterales del coche, para ello surgieron las puertas dobles sin montante intermedio (como las del actual Mini Clubman (im. 6)) las cuales, al dividir la puerta en dos disminuyendo su tamaño, permitieron disponer de una gran abertura con un barrido menor. Las llamadas puertas “tijera” (im.7) 4. o las puertas correderas (im.8) 5. solucionan el mismo problema eliminando el barrido totalmente, lo que permite por ejemplo aparcar en espacios muy estrechos, o en el caso de la vivienda, eliminar el espacio del barrido en ambas habitaciones.

La habitación a diferencia del coche permite modificarse y por lo tanto cambiar, mover, eliminar, aumentar… sus puertas. Revisar las puertas de los automóviles puede ser una invitación a cambiar nuestra habitación, y con ello nuestra casa mediante un mínimo gesto: modificando sus puertas. Una operación sencilla que nos puede permitir, como hemos visto, modificar sustancialmente su espacio y la manera de usarlo, es decir, “rehabitarlo”.

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  1. Monteys, Xavier y Fuertes, Pere. “Casa collage”. Editorial Gustavo Gili,Barcelona, 2001,p.84.
  2. El presidente de Iso en aquel momento era Renzo Rivolta pero el Isetta fue diseñado por el ingeniero Ermenegildo Preti en 1953.
  3. El taxi londinense es un Austin FX3 de la empresa Austin Motor Company fabricado en 1948.
  4. La imagen corresponde al Alfa Romeo Carabo diseñado por Marcello Gandini en 1968 para la empresa italiana Bertone.
  5. La imagen corresponde al Kaiser Darrin fabricado en 1954 por la empresa americana Kaiser Motors Corporation.